domingo, 18 de septiembre de 2016

AHORA TIENES DEPRESIÓN....?...EN OTOÑO...?


El trastorno afectivo estacional (depresión otoñal), surge en esta época del año por la influencia que ejerce el clima en el estado de ánimo de algunas personas (entre otros factores), vulnerables a ese tipo de depresión.

Y hay que tener cuidado, estar tristes, no es lo mismo que estar deprimidos.

La tristeza es una emoción que forma parte del conjunto de las emociones y de la vida de las personas, y el estar angustiado y triste es algo diferente, en concreto, un síntoma de la depresión.

Puede ser que ya tuvieran una depresión solapada y se les agudicen los síntomas, o que les surja justo ahora con la llegada del otoño.

Es frecuente que ante el cambio de estación por la reducción de las horas de luz solar, disminuyan las temperaturas y todo ello va afectando a los biorritmos corporales y al ciclo vigilia-sueño.

Los cambios climáticos traen consigo la influencia sobre el estado del organismo, y se modifican algunas variables personales.

Si bien no se puede afirmar en su totalidad, algunas investigaciones confirman que con la disminución de horas de sol, se produce una serie de modificaciones hormonales que facilitan los cambios en la psicología de algunas personas.

Entre las transformaciones de los parámetros hormonales, está el incremento de melatonina, que contribuye a que los sujetos tengan más agotamiento y necesitar más horas de descanso y más horas de sueño.

Además ese incremento de la melatonina desequilibra la producción de serotonina, que es una de las hormonas del bienestar y la felicidad.

A su vez, también disminuye la dopamina que afectará a la motivación y a la concentración.

A todo ello se le suma el hecho de que la gente, finalizadas sus vacaciones, tiene que volver a su ritmo laboral y afrontar las exigencias del trabajo y familia.

Y como es natural, el estado psicológico general de los sujetos también facilita el desarrollo de la depresión si está alterado o disfuncional.

Cuando la persona está más equilibrada, contrabalancea los factores organísmicos, adaptándose  mejor a los cambios.