domingo, 14 de diciembre de 2014

JUEGA CON TU HIJO / PLAY WITH YOUR CHILD (I)


Cuando son pequeñines, y después durante su desarrollo, el juego representa una estimulación esencial de todo su ser. Y lo más enriquecedor es para los niños que sus papás jueguen con ellos.

Algunos padres lo saben muy bien, la felicidad que representa para los hijos, sintiéndose tan importantes de que se les atiende y se les dedica tiempo. Y precisamente para jugar a la plasti, sentarse en el suelo, hacer el caballito, imaginar fantasmas, cantar juntos....lo que toque y dónde la imaginación llegue.

Eso no es ver tv juntos, ni comprarle tantos juguetes para aliviar las culpas. Esas culpas que rondan la mente de los padres, si no tienen tiempo para estar jugando, al menos media hora al día.

Y eso ocurre cuando los progenitores se obsesionan con el trabajo y el estrés les produce una dinámica mental de "vivo sin vivir en mí", alienados como dicen algunos. También con los padres hay que tener compasión... si lo supieran todo... y a tiempo...!

Al jugar, los peques ponen en movimiento habilidades físicas, intelectuales y emocionales, todo su ser, por ello al aplicarlo, desarrollan su inteligencia.

Además se relacionan con su entorno, familiares y otros niños, desarrollan su potencial imaginario, dan forma a sus emociones como entusiasmo, alegrías, y especialmente juegan a imitar a los mayores. Están ya jugando a ser como los adultos, a entrenarse.

Con la actividad del juego, despliegan ese potencial intelectual que poseen, mientras se entretienen interactuando con un campo estimular enorme, percibiendo tantos matices de los objetos y del plano de lo físico, que desarrolla multiplicidad de componentes cognitivos.

Unido a lo anterior, el juego, es la oportunidad para desarrollar las habilidades de la inteligencia emocional e inteligencia social, por las relaciones con el entorno.

El juego satisface las necesidades de socialización al potenciar las relaciones con el entorno.

Si quieres a tu hijo, siempre que puedas, juega con él, metiéndote en el juego y siendo partícipe, no observador. Y cuando no puedas, por lo que sea, no te culpes, mejor dedícate a pensar cómo planificar tu tiempo y que sí haya espacios y tiempos para ell@s.  
(SIGUE...)