martes, 24 de junio de 2014

VIOLENCIA JUVENIL / YOUTH VIOLENCE (II)


En la realidad cada persona es un mundo y un niño se puede convertir en violento cuando confluyen varios factores a lo largo de su recorrido vital. Además de lo mencionado ayer, suelen contribuir también para desarrollar una personalidad violenta los siguientes factores, aunque no siempre. Las personas no son matemáticas, a unos les puede afectar seriamente y a otros no tanto. Aunque si son factores que también se aprecian en los jóvenes violentos.

-Padres estresados por la vida, el trabajo y muchas responsabilidades y que no dedican tiempos para atender a los hijos. Y en ocasiones repercute en ellos como no sintiéndose queridos. No han tenido un tiempo de forma más o menos continuada para estar presentes en la vida del hijo.

-Padres que a su vez proceden de familias desestructuradas y no llegaron a desarrollar una personalidad mínimamente equilibrada y ello modifica y trastorna las interacciones con los hijos.

-Padres con problemas psicológicos y psiquiátricos sin tratar que no conciban las diferentes realidades del "yo" y el "tu".

-Padres con un grado de narcisismo que traten al hijo de "sujeto a objeto" y no de "sujeto a sujeto".

-Situaciones de la vida en la que los niños se han visto tratados con violencia, y/o han sido castigados brutalmente o de formas muy injustas.


-Separaciones dramáticas que utilizan a los hijos para vengarse del otro progenitor.

-Y en general los que han sido víctimas de abusos de todo tipo y víctimas de violencia y guerras.

De todas estas vivencias, hoy se sabe que intervienen en las vidas de los niños y son factores de sufrimiento que les vuelven más vulnerables psicológicamente y cuando confluyen varios en la misma persona pueden ejercer la presión suficiente para desestructurarles y convertirles en personas violentas y/o con enfermedades psicológicas.